22 juil. 2011

Chico y Rita

Chica y Rita, 2011.

La acabo de ver en el Rialto de Niza. Un sacrificio porque afuera hay 28° C y el cielo estaban tan profundamente estrellado que es una pena encerrarse en un cine. Se trata del dibujo animado (para adultos) de Fernando Trueba y Javier Mariscal, con música del gran Bebo Valdés, que salió hace unos meses. Bien ambientado porque Trueba sí ha estudiado muy bien ese fenómeno nocturno lleno de sorpresas y de vida durante los 1940-1950 llamado La Habana. También es un sabio en materia musical cubana (prueba de ello su excelentísimo Calle 54). El resultado: cero anacronismos (al menos yo no vi ninguno). Algo que puede considerarse una hazaña, dado la cantidad incontable de películas fuera de contexto y disparatadas sobre Cuba que se han rodado en el exterior (y hasta dentro) de la Isla.

La historia, como un bolero: banal y azucarada del todo. El final, casi improbable, pero como en muchos boleros y novelones, plausible a la vez. Cualquier intento de buscar a quién corresponde el personaje de Chico es en vano. Es una mezcla de algunos de esos extraordinarios músicos cubanos (como Chico O'Farrill, que triunfaron y vivieron décadas en Nueva York) y de otros que terminaron en Cuba limpiando botas y que fueron "salvados" del olvido por Ray Cooder y su Buena Vista Social Club (como Rubén Gonzalez). En cuanto a ella, a Rita la Belle, su voz equilibrada y hermosa adolece de tener un tono tan réquetebajo que - como se suele decir-, las canciones le quedan grandes. Cuando hemos oído otras versiones en voces potentes de:
Olga Guillot (Qué sabes tu),
La Lupe (Oriente),
Celia Cruz (Luna sobre Matanzas),
Freddy (Bésame mucho)
... (click sobre cada tema para deleitarse), esa vocecita bonita y medio jazzeada que dobla a Rita en el filme, parece sacada de una fiestecita de quinces. El mejor personaje: Chano Pozo. Sublime y tal y como dicen que era: ambientoso, pantalloso, buscapleitos (por eso dura tan poco y duró también muy poco en la peli), inimitable, un asere del barrio. Así y todo la película es honesta y aunque le falta gracia, se pasa un buen momento.

Los subtítulos en francés archifatales. De entrada, se oye la voz de una vecina de la Cuba post-1959 que vocifera: [Fulano] llegó el pollo?. Y venga el traductor a escribir: [Untel] le mec est-il arrivé? (Fulano, llegó el tipo?). Ni se enteraron de que se trataba del pollo que daban por la cuota en la bodega. Evidentemente, a partir de esa pifia traté de no mirar (por curiosidad) un subtítulo más.